Si la anterior historia que mostré era increíble, no menos es la que a continuación voy a exponer. No os la creeréis como yo lo hice, pero son hechos constatados pese a quien le pese.
Nicholas Alkemade era un sargento de la RAF en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Sucedió que, durante una misión como cañonero de cola en un bombardero aliado, y situado en un estrecho habitáculo en el que ni siquiera cabía su paracaídas, el avión fue alcanzado y se vio en la necesidad mas absoluta de lanzarse al vacío. Sin paracaídas y a unos 6000 metrillos de altura. Morir consumido por las llamas o hacerlo aplastado contra el suelo.
Decidió lo segundo y saltó al vacío. Mientras lo hacía observaba cómo los Junkers alemanes disparaban luminiscentes ráfagas dirigidas contra el resto de su escuadrón. Cayó y cayó, y al final golpeó sobre un bosque de pinos, cuyas ramas fueron aminorando su velocidad de caída hasta tal punto que el colchón de nieve que cubría el suelo lo salvó amortiguando el trompazo. Según unas fuentes se torció un tobillo, y según otras tuvo un esguince de rodilla. Eso después de una caída de unos seis kilómetros....
Como vio, sin embargo, que el frio sí que lo mataría a pesar de haberse salvado de lo peor, tocó su silbato y fue encontrado por el ejército alemán. En principio parece que estos pensaron que sufría un shock traumático, y después lo tomaron por un espía. Cuando hallaron los restos del avión del que aseguraba Alkemade que provenía y corroboraron que la narración se sustentaba, se dice que lo soltaron. Además, le regalaron una biblia con un certificado de veracidad de su historia (algo que no entiendo muy bien, pero así consta), ya que nadie en su sano juicio la creería.
Como parece ser que esto le supo a poco, posteriormente Nicholas trabajó en una planta química donde sufrió varios accidentes como una fuerte descarga eléctrica, la caída de una viga metálica o la inmersión durante una hora nada menos que en un pozo de cloro...
Murió el 22 de junio de 1987 por causas naturales.
Sin comentarios.
Tal y como terminas: Sin comentarios.
ResponderEliminarRealmente increíble. No solo no se mata al caer desde 6000 metros, sino que ¡Sólo se hace un esguince!, y luego para colmo no sólo lo liberan sino que le regalan una biblia, y yo me pregunto ¿Ese hombre no jugó a la lotería?
Muy bien, te has superado con la historia, sí, señor.
Un saludote
Jesús