"El mundo no se hizo en el tiempo, sino con el tiempo"

San Agustín

jueves, 21 de enero de 2016

I Encuentro de Autores Independientes de Aranjuez

El sábado día 12 del mes 12 (del 2015) a las 12:00 en punto, como si hubiese sido calculado adrede, se realizó el "Primer Encuentro de autores independientes en la localidad de Aranjuez", en el conocido restaurante El Rana Verde, con cuatro escritores que han apostado por esa independencia. Una jornada agradable, con sorpresas teatrales y consumición gratuita a los asistentes. Mala hora y mal día, decían algunos, por las fechas y la cantidad de eventos alternativos que se habían confabulado para realizarse incluso a la misma hora. Se superó el obstáculo con creces, ya que fueron bastantes los que se añadieron para escuchar la palabra de estos "aventureros" y amantes de la palabra, moderados por el reconocido periodista local Ricardo Lorenzo.
El encargado de amenizar teatralmente la mañana fue un actor llamado Daniel Rovalher, perteneciente al grupo de teatro Ron lalá, de gran éxito en las carteleras (actualmente con "Cervantina", en el Teatro de la Comedia) , no sólo españolas sino de Europa, Latinoamérica e incluso con una gira por EEUU a las espaldas. Un personaje del siglo de oro español que encantó y refrescó al público durante un buen rato, dando paso al evento en sí, que duró, fuera de toda probabilidad, bastante más de lo pensado a causa de las numerosas preguntas de los asistentes.

El encargado de la música fue el compositor Alberto R. Valhermoso, autor de las bandas sonoras de multitud de cortometrajes y mediometrajes, así como de obras de teatro entre las que destaca, por ejemplo, el Motín de Aranjuez (fiesta de carácter Internacional para el que no lo conozca) y su representación anual.

No obstante, en cuanto al evento en sí mismo y su denominación, algunos se empeñan en nombrar mejor como "indies" a los "independientes", ya que este término continua poniendo nerviosos a muchos, editores o libreros que miran con cierto desdén o desconfianza, e incluso algún lector conservador que prefiere lo que le aconsejen "profesionales" del libro. Se vivió algún puntal de tensión en este sentido; la sombra del gigante Amazon, el enorme acaparador del negocio del libro, se cierne peligrosamente y es considerado por muchos el causante de la bajada de ventas en el sector y en la quiebra de librerías y editoriales. Lo curioso es que la culpa de todo, según escuché y leí en alguna ocasión, la tienen los "independientes", en fin...Por cierto, palabra que incluso muestran con "vergüenza" ciertos autores, ya que se ocultan en mal llamadas editoriales que son más bien, y en exclusiva, imprentas a las que pagas por que te publiquen. Tener un "sello editorial" tranquiliza y da confianza, por qué no negarlo, incluso a escritores. Pero hablamos, entonces, de apariencia, de nada más.

Dejando desvaríos y continuando con el encuentro, después del ameno refrigerio teatral y "Cervantino" se sucedieron la proyección de vídeos varios, entre los cuales se encontraba uno que envió expresamente la escritora hispana que más ha vendido en la historia: Blanca Miosi, que se prestó gustosamente a compartir su experiencia y enriqueció la jornada. De hecho, el evento se prologó una hora más de lo previsto, y hubo que concluirlo de un modo u otro so pena de prolongarse más aún con la intervención del público entregado.

Tras varias reflexiones "post-eventuales", cabe determinar si la jornada sirvió de algo o no. ¿Valió la pena todo el esfuerzo y tiempo dedicado? ¿Cambió el panorama del autor novel e independiente? ¿Superfluo e innecesario un encuentro de estas características? ¿Se volatilizará con el tiempo o servirá de base a otros? ¿Quedará ninguneado como otros muchos? ¿Simple muestra del "ego del escritor", por otro lado siempre presente?
Preguntas y dudas que me asaltan según pasan los días. A veces contestadas, a veces recapituladas, supongo que solo el tiempo tiene la respuesta. Y, como siempre, el lector, que es el que realmente importa y hacia quienes vamos dirigidos los que escribimos y deseamos publicar.
Lo que está claro es que el panorama está cambiando y las riendas no las llevan los de siempre. Empresas nuevas surgen para reemplazar a otras caídas, quizás obsoletas o muertas por cansancio. En el mundo del libro triunfará quien logre captar y adaptarse antes al cambio, a las necesidades del público y de los autores, que son la materia prima, por qué no decirlo. Y, en este caso, creo firmemente que los indies o independientes (como creo que deberían llamarse ya sin tapujos), tienen algo muy importante que aportar.


Autores presentes en el Encuentro:
David Cañaveral que además formó parte de la organización del evento. Novel como los demás, posee ya dos novelas en el aire, una de las cuales es ya parte de saga ("El triángulo escaleno" y "Dados de cristal"). Autor lleno de ilusión, es todo un ejemplo a seguir en cuanto a compañerismo se refiere. Noa Velasco, joven escritor volcado en la fantasía clasica de espada y brujería, es también ilustrador nato. Prueba son los numerosos trabajos y proyectos donde aúna sus dos placeres, así como su primera novela "Kelvalad, la espada oscura", cuya portada la realizó él mismo y de modo más que correcto. Alberto Lominchar, excelente poeta y novelista, se define más como un amante de la historia, en especial del siglo XIX. Con varios libros de poesía y dos novelas ("Numancia contra el tirano" y "El hombre bueno que supo hablar"), aprovechó el evento para mostrar en exclusiva su último trabajo "Pequeños retazos de historia arancetana": una recopilación de textos y relatos de corte histórico sobre la villa de Aranjuez, Real Sitio durante siglos. Durante años, estos relatos cortos iluminaron con calidad una conocida revista local de gran difusión.
Por último el que suscribe, Javier G. Valverde, otro de los sufridos organizadores, con una sóla novela publicada ("La leyenda del bosque que nunca existió") y creador de la antología solidaria "Leyendas de la caverna profunda" disponible en www.1libro1euro.es.

lunes, 11 de enero de 2016

Aromas- de Ana Fúster

Ana Fúster es una escritora a la que, por lo poco que sé, le encanta experimentar en la literatura, sobre todo en microrrelatos. Profesora de escuela de idiomas y filóloga, nunca ha abandonado por otra parte la poesía, de la que posee varios premios.
Este relato de corte fantástico, como todos los de la antología solidaria "Leyendas de la caverna profunda", no parece tal en principio; pero no nos engañemos: puede observarse en varias ocasiones un interesante experimento en cuanto a juegos de palabras se refiere. Dicho queda.
Ah, el jazmín...

Aromas
Mientras conducía de vuelta a casa, Violeta no paraba de dar vueltas en la cabeza a qué pensaría hacer Javier. El día anterior le había dicho, "Mañana hacemos cuatro meses, mi niña. Quiero que sea especial". Aquel "mi niña" que Javier había usado para dirigirse a ella desde la primera noche cada vez se integraba más en su vida y se le hacía más cercano e imprescindible. Se había enamorado de él desde el primer segundo en que lo vio, rompiendo así la norma que tiempo atrás se había impuesto a causa de una mala experiencia: "Nunca en la primera noche". Desde luego no se arrepentía de haberse dejado llevar por el impulso, la corazonada y el deseo surgidos en ella aquella tarde en la terraza bajo los naranjos en flor, pues había encontrado en él todo lo que siempre había buscado en sus anteriores parejas y jamás había tenido: no sólo era comprensivo, cariñoso y sociable, sino que poseía un sentido del humor agudo e inteligente y una gran imaginación que le convertían en una persona junto a la cual era imposible aburrirse. Compartían bastantes gustos y aficiones, como una pasión por el jazz que les había llevado a disfrutar muchas veladas junto a Satchmo, Ella, Dizzie y Django. Y para que el gozo fuese completo, él era un genio en las dos cosas que Violeta encontraba más difíciles en este mundo, la cocina y el bricolaje casero. Sí, era una chica con suerte. Lo único que ensombrecía su felicidad recién estrenada era el dichoso problema de la casa.

Aparcó el coche frente a la puerta. Pensó que era preferible a meterlo en el garaje, pues suponía que lo tendría que volver a usar dentro de poco, ya que Javier le había dicho que al salir del trabajo se fuese a casa, que él la llamaría al móvil en cuanto estuviese listo. Abrió la puerta de la verja y entró al jardín, pero cuando subía los escalones del porche algo llamó su atención: la parte inferior del jazminero estaba completamente despojada de jazmines. Miró al suelo, buscándolos, pero aparte de alguna que otra hoja las losas de la escalera estaban limpias. Hizo un gesto de extrañeza, pero luego pensó que quizá algunos niños del vecindario habían saltado la valla y habían estado robando jazmines para regalar a sus madres, y de nuevo volvió a centrar sus pensamientos en la sorpresa que la esperaba esa noche. Abrió la puerta y nada más entrar se detuvo en seco.

El ambiente fresco delataba que el aire acondicionado ya llevaba un rato funcionando. Todo estaba en penumbra, pues las persianas estaban medio bajadas y las cortinas corridas, pero aún así se podía ver que la mesa del comedor había sido dispuesta con esmero para una cena romántica. Una mantelería color burdeos que ella nunca había visto antes cubría el tablero, sobre el cual alguien había colocado las servilletas, los cubiertos, las copas, los platos blancos que destacaban sobre el rojo vino de la tela, dos esbeltos candelabros de cristal con velas a tono con el mantel y, en el centro, una bandejita ovalada llena a rebosar de jazmines. La boca de Violeta se abrió en un gesto de asombro que inmediatamente se convirtió en sonrisa. ¡Así que eso era! Este chico nunca dejaba de sorprenderla. Pero lo más asombroso de todo era que el hedor había desaparecido. Violeta aspiró profundamente, pero lo único que alcanzó a percibir fue el delicioso aroma que exhalaban los jazmines sobre la mesa. ¡Era increíble! ¿Cómo lo había logrado? Llamó a Javier varias veces pero su voz no obtuvo respuesta. Avanzó hacia la escalera y quedó atónita ante el espectáculo: junto a la pared, cada tres escalones había encendida una pequeña vela de las que se utilizan para mantener calientes las teteras, como marcando el camino hacia arriba, y en cada escalón central de los tres un minúsculo montoncito de jazmines. Violeta, nerviosa y encantada, volvió a llamar a Javier, pero de nuevo no hubo respuesta, así que suponiendo que él la aguardaba en el dormitorio comenzó a subir la escalera despacio, recreándose en la magia del espectáculo que había convertido las anodinas escaleras de su propia casa en el escenario de un cuento.

Ana Fúster (fragmento de "Aromas", perteneciente a Leyendas de la caverna profunda . Por sólo 1€ para Save The Children te llevas la antología y todos los libros que desees de esta página. )



Ana Fúster (breve biografía)

Nací en Cartagena, donde trabajo como profesora de inglés en la enseñanza pública. La escritura me aporta aprendizaje, pulveriza la rutina, me permite asomarme a otros mundos y me ha traído amistades, así que no me imagino sin ella. Algunos de mis textos han sido ganadores o finalistas en certámenes de microrrelatos como Esta Noche Te Cuento, La Microbiblioteca, El Secreter o el Encuentro Literario de Autores en Cartagena, y han aparecido en varias antologías y revistas. También colaboré en la sección “Inglés para cinéfilos” de la Revista Salitre de Alicante, y ahora lo hago en "Amanece Metrópolis", también de la misma localidad.