Dedicado a todos aquellos que han intentado publicar y han sido rechazados una y otra vez. Pues eso, a gente con más moral que el Alcoyano. Si eres uno de nosotros, acomódate. Y si no...también. Bienvenidos todos a la Generación del Alcoyano
"El mundo no se hizo en el tiempo, sino con el tiempo"
San Agustín
San Agustín
martes, 17 de enero de 2012
Cuando los ciegos dominan el mundo
Que no se tiene vista en algunos casos es algo evidente en el mundo en que vivimos. Concretamente, ahora me refiero a los “cazatalentos” que vagan escogiendo a aquel o aquella que puede destacar en lo que realiza. Aparte de los muchos que saben realizar su trabajo, han existido siempre casos en que su sagacidad ha brillado por su ausencia, pasando de largo gente con cualidades más que valorables que, si la persona sigue insistiendo y llamando a distintas puertas, al final han salido a la luz. Y esto no les debe haber sentado nada bien a los que los rechazaron al principio.
Por ejemplo, empiezo por lo que cuenta Blas Malo en su inicio del blog: A Ernest Heminway le negaron más o menos unas veintisiete editoriales antes de que recibiese el Premio Pulitzer primero y después el Premio Nobel. Casi nada. O este otro algo menos conocido: John Kennedy Toole jamás llegó a publicar su narración en vida, una novela que él consideraba una obra maestra. Sólo una de las editoriales se sintió interesada en principio por ella, aunque después la descartaron al pensar que “no trataba realmente de nada”, como le comentaron. Estos rechazos sumieron en la desesperación a Toole, que jamás se recuperó y terminó por suicidarse en 1969. Tras años de intentos, su madre halló al final una persona que accedió a leer el libro y quedó impresionado. Se trata de La conjura de los necios y se publicó en 1980, ganando el Premio Pulitzer y el premio a la mejor novela extranjera en Francia ese mismo año. Otro pequeño error, sin duda.
¿Y qué decir de Albert Einstein? Cuando tenía unos 15 añitos un lumbreras de profesor le dijo que “nunca conseguiría nada en la vida”. Vaya vista. ¿O envidia quizá? Puede que esto último, aunque nunca lo sabremos. Y otra de profes: Alejandro Amenabar fue suspendido repetidas veces en una asignatura en la carrera de Ciencias de la Información, y esto junto a las escasas prácticas que recibía le hicieron abandonar justo cuando estaba a punto de licenciarse. Dedicó la mayor parte del tiempo a realizar su ópera prima, Tesis. Ya se sabe que esto le consagró como director de cine. Por cierto, como curiosidad, en esa película el director dio el nombre del malvado profesor a ese tal que le suspendía…
En 1961 C.S Lewis, autor de la saga fantástica de Las Crónicas de Narnia, propuso la candidatura para optar al Premio Nobel de Literatura a su amigo J. R. R Tolkien. Sobre la prosa de su libro El Señor de los Anillos, sin embargo, el jurado opinó que se trataba de “segunda categoría” y que no se encontraba en modo alguno “a la altura de la narración de más alta calidad”. Así que fue rechazado. Actualmente esta novela se encuentra situada, según muchos, entre los mejores libros escritos hasta el momento. Sin más comentarios.
Y si continuamos con Premios – que habría para una novela- por qué no recordar a Camilo José Cela, que recibió el Premio Nobel seis años antes que el Premio Cervantes, nuestro galardón de las letras hispanas por excelencia. Como siempre ocurre en este país, los de fuera nos tienen que valorar lo nuestro para que nos demos cuenta de lo que poseemos. Vaya por Dios.
Podría seguir y seguir. En fin, para concluir esta sarta de “errores”, ahí va una anécdota curiosa: Burt Reynolds y su amigo Clint Eastwood fueron rechazados a la vez en su día en la productora Universal. A Reynolds le dijeron que no sabía actuar. A Eastwood que tenía la nuez demasiado pronunciada para hacer carrera en el cine.
- Al menos- comentó Reynolds a Clint- yo puedo a prender a interpretar, pero no sé qué vas a hacer tú…
Un saludo a todos en este mundo de linces.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ja,ja,ja!!!! Qué buena entrada, y un maravilloso final. Cuánta tontería existe en ese asunto de los descubridores de talentos, son tan ciegos... pero las cosas empiezan a cambiar, al menos en literatura. Ahora serán los lectores quienes decidan qué es lo que más quieren leer o qué clase de lectura prefieren. Oye, mira que decirle a Einstein que nunca llegaría a nada... cómo debió dolerle esa lengua de tanto modérsela, después!, ja.ja.ja!!
ResponderEliminarBesos, amigo!
Blanca
Hola Blanca! Pues la verdad es que sí que te encuentras cosas sorprendentes escarbando en este sentido. Quizás tengas razón yu vaya cambiando el asunto, ojalá.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo!
Muy buenas anécdotas, dan ánimo para seguir en la brecha, porque después de leer esto uno siempre tiene esperanza incluso después de muerto.
ResponderEliminarMuy simpática e interesante esta entrada.
Un abrazo
Jesús
Jeje, la esperanza es lo último que se pierde, Jesús. Me alegra que te haya interesado. La cosa es pasarlo bien con la lectura.
EliminarUn abrazo.