"El mundo no se hizo en el tiempo, sino con el tiempo"

San Agustín

lunes, 7 de diciembre de 2015

David Cañaveral, un novel que promete: El triángulo escaleno

Como reto especial, he decidido cambiar de registro en esta ocasión y volver a entrevistar a autores. Espero que me perdonen mi atrevimiento los verdaderos periodistas que caigan en estas páginas, si es que cae alguno, ya que mi labor es sólo dar más a conocer a escritores que luchan por obtener su lugar. Creo que éste es uno de los que se lo merece.

David Cañaveral es un joven con dos novelas en su haber, pero cargado de nuevas ideas que se agolpan por salir de su amueblada mente. Con el próximo y cercano PRIMER ENCUENTRO DE AUTORES INDEPENDIENTES, que ocurrirá en breve en la localidad de Aranjuez (Madrid) y donde David tendrá cabida junto a otros tantos autores, aprovecho la entrevista realizada sobre "El triángulo escaleno", su primera novela.
Espero que os aclare más sobre su persona y esta obra de fantasía diferente. Que lo disfrutéis.
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El triángulo escaleno es una novela compleja, pero muy bien hilvanada. Aunque supongo que la cuestión no es muy original, no puedo dejar de preguntarte: ¿cuál fue el germen?

Reconozco que lo he pensado en muchas ocasiones desde que empecé la promoción del libro, el año pasado, pero ya ni me acuerdo de cuándo fue el momento exacto. Sí sé que fue hace más de diez años. La idea de la equivalencia entre los personajes (cada uno de ellos se reencarna en las tres épocas de la novela: 1431, 2007 y 2403) fue lo primero que germinó en mi cabeza. La trama del presente y la del pasado, y sus conexiones, estuvieron claras desde el principio. Pronto surgió la historia del futuro. Surgió así un escrito de tres caras, con la síntesis de todo lo que se me iba ocurriendo y la estructura, que la tuve clara. De las primeras cosas que recuerdo haber visto en mi mente fue el giro argumental del final de la primera parte.


Se trata de un libro con tres historias hilvanadas mediante un fuerte nexo, ¿te resultó difícil crear las distintas épocas? ¿Cómo fue el proceso de unión entre ellas?

Fue complicado. Ese primer escrito de tres páginas luego pasó a ser un resumen de cincuenta en el que formé el primer armazón de la estructura: las tres partes y los capítulos que componen cada una. Sabía cuáles eran los nudos que quería que sucedieran entre las tres historias, sobre todo al final de cada parte. Las tres épocas tuvieron su factor de complicación. En la de 2007, lo más complejo era plasmar una fidelidad suficiente, dentro de las licencias oportunas, un sitio real y, además, precioso: la isla de Lanzarote y, en menor medida, la de Gran Canaria. La trama de 1431 entrañaba el reto de hacer creíble ese reino olvidado en un universo paralelo que, aún así, se parece mucho al nuestro y que, siguiendo las pistas, el lector puede ubicar en el mapa. Y 2403 suponía imaginar un futuro que, aunque con cierta libertad, debía ser verosímil también. A la hora de unir las historias, que se van intercalando en el libro, tuve que ser muy cuidadoso y, de hecho, tuve que cambiar el orden de unos capítulos porque no tenía sentido que el lector se enterara de algunas cosas antes de una historia que en otra.


Gabriel, Alejandro, Anwar, Dora, Eternia, Aldemar...está claro que los nombres de los personajes están muy pensados y tienen personalidad propia. ¿Fueron primero ellos o lo que representaba cada uno? ¿Cómo fue el proceso de selección de estos nombres?

Lo primero eran los personajes en sí, sus caracteres y el destino al que se enfrentarían, no solo en una trama, sino en las tres en común. Todos tienen paralelismos con sus equivalentes en otras encarnaciones. Cada personaje tenía una función. Eso era fundamental. A partir de ahí, busqué nombres. Deseaba que el significado de los nombres en sí entroncara directa o indirectamente con sus personalidades y sus designios. Apunté montones y montones de nombres. Para 2007, fui más libre. Simplemente escogí nombres habituales hoy día que cuadraran con los personajes. Para 1431, intenté imprimir una pátina de antigüedad. Para 2403, busqué exotismo, nombres que no nos sonaran corrientes desde nuestro punto de vista.


Aunque comentas en cierto momento tu semejanza con alguno de los personajes, masculino en este caso, háblame de la importante carga femenina de la novela. ¿Te costó meterte en la piel de Carol o Dora, por ejemplo? ¿Qué personaje te fue más difícil?

Me esforcé por hacerles justicia, por conseguir que quedara clara una idea que siempre fue mi intención: que los personajes femeninos de esta novela eran todos mujeres fuertes que, en más de una ocasión, no solo se enfrentan a destinos muy duros, sino que son ellas quienes conducen a los hombres a las misiones que deben encarar. Puede que Dora, y sus equivalentes del pasado y el futuro, fuesen las más complicadas. Necesitaba que cuando el lector descubriera el lazo que les unía las comprendiera, que entendiera sus decisiones, sus acciones. En realidad, en Dora y sus “compañeras del alma” reside gran parte de la clave de la novela. En general, los personajes del presente fueron más complicados porque debían hacer que el lector se identificara.


El Mal se concentra en la novela en “la sombra”, el Mahlá, cuya descripción me parece soberbia. ¿Por qué escogiste estas características?

¡Gracias! Las palabras, a veces, surgen así, aunque es cierto que en esta novela me esforcé por conseguir que el texto transmitiera cierta profundidad. (En mi siguiente novela, por ejemplo, creo que he sido más directo, mucho menos descriptivo, más entregado a la acción). En concreto, Mahlá, la sombra, era fundamental. La idea central del libro es que somos responsable de las acciones que hacemos. El karma, tarde o temprano, aunque sea en otra visa, nos premia o nos castiga. Y Mahlá era la muestra de la corrupción total del alma, llena de inquina y avaricia. Es la materialización de aquello contra lo que luchan los personajes en la batalla final.


Y ahora, hablando del autor, dime qué clase de novelas te interesa más como lectura y qué escritores te llaman más la atención. ¿Alguna historia, por cierto, te ha inspirado en parte para acometer alguna de tus novelas?

Normalmente, no busco un género o un estilo concreto. Más que escritores, me llenan novelas. Me suele gustar aquello que me engancha, que me intriga. El suspense me parece esencial y, en mi opinión, el suspense puede estar en cualquier género: fantasía, policíaca, romántica, etc. En cuanto a inspiraciones, en el caso de El triángulo escaleno, escribirla fue un proceso largo, más de cinco años, en el que pasé por varias etapas. La mayoría de lo que me inspiraba procedía de la fantasía. Al final, mi empeño fue que la fantasía fuera cercana, que el lector dijera: esto que estoy leyendo podría pasarme a mí, ¿qué haría yo en esta misma situación?

¡Gracias!




David F. Cañaveral nació en 1983 en Madrid y es Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico, campo de profunda vocación personal en el que actualmente tiene la suerte de trabajar. Es escritor sobre todas las cosas. “El triángulo escaleno”, su primera novela, se publicó en 2014. En 2015 ha salido a la luz “Dados de cristal”, el primer volumen de “Ciudad Fortuna”, una nueva serie de misterio y fantasía.
Puedes saber más sobre él en:
www.davidfcanaveral.com
Twitter: @DavidFCanaveral
Facebook: www.facebook.com/davidfcanaveralescritor

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